miércoles, 23 de octubre de 2013

SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO

  
abía una vez en un pueblo llamado Alameda, un joven apuesto al que le necantaba pasar su tiempo entre las montañas del universo. En el transcurso del verano llegaron unos carruajes con las sobrinas del alcalde que eran aficionadas a la jardinería.

   Estando un día en el parque, las chicas se acercaron a él y le invitaron a un picnic para ir a ver la lluvia de estrellas. El joven, que se llamaba Mario de la Fuente, aceptó encantado la propuesta.

   Al llegar la noche se presentó con su libro favorito y se sentó a leer debajo del árbol donde se celebraba el picnic. Las chicas fueron a buscar flores, dejando solo a Mario quien se había dormido. Cuando volvieron, no lo encontraron porque la hierba estaba muy alta. Al ver que no lo encontraban fueron a avisar al padre de Mario, el Duque de la Fuente, para que organizara una búsqueda al amanecer.

   Con la llegada del alba se comenzó la búsqueda del joven. Pasaron las horas pero no lo encontraban. Al final decidieron buscarlo en el lugar en el que se había celebrado el picnic porque al lado había un bosque tenebroso donde se podía haber adentrado.

  Los hombres habían ido a explorar dentro de él, pero de repente se oyó:

-¿Qué haceis dentro del bosque? ¿Es que se ha pedido alguien?

  Los hombres sobresaltados se dieron la vuelta y descubrieon que el joven había estado ahí durmiendo durante todo el tiempo.

  Por la alegría que les dio encontrarlo, celebraron una fiesta en la que conoció a una joven humilde llamada Amaia con la tuvo una larga relación.

Escrito por Raquel España Gutiérrz, 3º ESO

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