miércoles, 20 de noviembre de 2013

DEAD WORLD


  Una noche de invierno Isaac, Saúl y yo decidimos ir de acampada a Breza. Pero primero teníamos que ir a echar gasolina. En La Pola, cuando la empleada terminó de ponerla, fue a la cafetería a por cambio. Pasaron 10 minutos y no volvía, así que Saúl decidió entrar a ver si la encontraba. Entonces, de repente salió la mujer llena de sangre gritando y corriendo hacia nosotros. Saúl corrió al coche y aceleró a tope. Hablamos de lo que acabábamos de ver y todos teníamos miedo. De camino a comisaría no veíamos gente, sólo coches destrozados en medio de la calle. Entramos para denunciar los hechos pero no nos encontramos con nadie. Una tele informaba de un virus  que se había detectado que tenía como consecuencias locura y canibalismo. Cogí una Glock 9mm del suelo, Saúl una porra y unas esposas e Isaac una Lonely m3 con cuatro cartuchos. Teníamos poca munición: yo nueve balas e Isaac cuatro. Salimos de la comisaría, entramos en el jeep y nos fuimos al monte. De camino, tres caminantes caníbales nos siguieron hasta que cambiaron el rumbo hacia una mujer asustada. Cuando llegamos a Breza nos posamos del jeep y nos metimos en el bar, que era un buen refugio porque estaba a 1100m de altura y a cuatro horas de camino a pie. Allí pasamos los días…


Escrito por Gonzalo Morán Trelles

No hay comentarios:

Publicar un comentario