miércoles, 8 de octubre de 2014

Un plan arriesgado

La ciudad de New York duerme. Apenas pasan coches por sus puentes y autovías.

De una hamburguesería que todavía no ha cerrado sale una mujer joven. Va vestida con unos pantalones tejanos negros y una camisa oscura. La verdad iba muy bien arreglada. Se metió en un cuarto, abriendo la puerta con una pequeña llave. Allí dentro se quitó una peluca rubia que llevaba puesta y soltó su melena castaña. Salió del cuarto y lo cerró.

Va caminando por la calle desierta hasta que un coche se para a su lado. El conductor le hace entrega de un sobre blanco y desaparece a toda velocidad. 

La mujer se monta en una moto y se dirige a un barrio apartado. Tocó cinco veces una puerta y un hombre le abrió.Había 7 hombres en la sala y unos cuantos planos sobre la multinacional del centro.

-Bueno, Sara, todo está listo.
-Bien, ¿a qué hora saldremos?
- Dentro de una hora, prepárate.


Sara cogió uno de los planos y se fue; se dirigió al cuartito en la moto. Entró, se cambió los zapatos por botas, se amarró el pelo y cogió un pasamontañas.


Se dirigió al centro, iba a robar una multinacional en la que había guardados 16 lingotes de oro. Nerviosa se repetía que todo iba a salir bien y que iba a ser rica. Cuando llegó los 7 hombres ya estaban allí. Uno con cuidado abrió la puerta forzándola con una tarjeta. El que había hablado con Sara salía a la azotea a vigilar por si venía la policía. Sara entró. Los demás se quedaron fuera, escondidos como traidores por si algo salía mal.

Sara sabía lo que tenía que hacer. Pronto llegó a la cámara acorazada y la abrió con cuidado. Ella pensó “ya está, soy rica”, pero, de pronto, llegó la policía…

                                                                              ¿Y qué pasará?


Marta Noriega Fernández
1º ESO


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